15.4.13

MORIR (CAPÍTULO 5)



El destino del hombre es vivir en las angustias 
o en el paroxismo del fastidio
Voltaire


***



-La arena caía, cubriendo, grano a grano, mi pesada losa. Pero, ¿era mía? No, el ser que estaba dentro no era yo ¿o sí lo era? Noto el dolor de los que me rodean, la indignación que recubre los reprimidos pensamientos por nuestra tentativa. No deben pensar así; funcionó, no estoy muerto, estoy aquí. Ellos no me ven. No importa. Ya lo harán.



***



-Todo es muy confuso, nada es y todo ha sido. Mi vida, mi muerte, mi ¿no mí?, no, no conozco. No hay tiempo, todo es eterno, y los recuerdos se fusionan en una espiral digna de ser cerrada sin añadir ningún elemento más que entorpezca mi desconocida labor. Soy un ente, acaparador, invisible, pero sensible y cognoscible para algunos seres… ¿humanos? No sé. Yo no lo soy. El tiempo, el tiempo, todo es tiempo perdido e irrecuperable. Desde mi amplia perspectiva veo la tierra que sepultó mi cadáver, que dio paso a mi figura en esencia, y compruebo con dolor, con mucho dolor, que nadie está en mí, que me voy incorporando a las cosas que sucedieron, suceden y sucederán. Necesito un ancla, un elemento que ayude a fijarme a la Naturaleza y me consigne un fin por el que seguir existiendo y por el que dar valor a mi presencia.

            Recuerdo a la Vida, voy hacia ella.



***



-María, María, Roberto, Roberto.

-Es inútil, no insistas, sus oídos no están preparados para tus palabras.

-Pero tienen que saber, deben comprender que no hubo fracaso, que no me he apagado, que sigo aquí, peleando por no morir después de muerto.

-No, ellos no deben saber ni comprender nada del deseo que te arrancó de tu tierra y que te llevó a este mundo abandonado.

-No es justo. ¿De qué me sirve morir si ellos no lo saben?, ¿para qué me enorgullezco si mi desaparición les provoca dolor y los sumerge en el olvido de mi recuerdo?

-Nadie dijo que morir fuera divertido.



***



-"Vivirás muchas lunas", fue lo primero que oí al nacer, y esas palabras, a medida que resistían el paso del tiempo, fueron odiadas por mí.

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